viernes, 24 de abril de 2015

Rotura de ligamento cruzado

Pau se rompió el ligamento cruzado de la pata posterior izquierda el 31 de diciembre de 2014, cuando se tiró del sofá y estas son las radiografías que se le hicieron para comprobar que, efectivamente, tenía la rodilla fastidiada. También me comentaron que tenía principios de artrosis y que se le salía la rótula, pero la gravedad estaba en la rotura de ligamentos, como podéis comprobar.



En principio, decidimos llevar a cabo un tratamiento conservador, que consistió en darle antiinflamatorios, tenerlo en reposo y esperar a que mejorara con los días. Me advirtieron que probablemente se fastidiara los ligamentos de la otra pata a) porque el síndrome de Cushing debilita las articulaciones b) porque al apoyarse el perro en la pata buena es más probable que acabe dañándose.
19 días después de romperse el ligamento cruzado de la pata posterior izquierda, el 18 de enero de 2015, se rompió la derecha. Sin tirarse de ningún sitio, sin correr, sin hacer nada. Simplemente, mi padre lo sacó a pasear y sucedió. Y en ese momento perdimos cualquier esperanza de recuperación mediante tratamiento conservador.
La intervención quirúrgica se hizo imprescindible, porque el perro ya no quería caminar. Su peso corporal es mayor del que debería y la debilidad de sus patas no le permite ni mantenerse en pie. Es un momento difícil, puesto que nos planteamos incluso la posibilidad de sacrificarlo. ¿Qué calidad de vida puede tener si no se recupera teniendo en cuenta que tiene Cushing, un soplo al corazón, las dos patas inútiles, obesidad y apenas masa muscular?
Después de pensarlo mucho, decidí operar. El 6 de marzo entró en quirófano y esa misma tarde me lo pude llevar a casa.

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