viernes, 24 de abril de 2015

Postoperatorio ligamento cruzado de las dos patas posteriores

Como podéis imaginar, me pasé los días y parte de las noches buceando por el inmenso mar de Internet intentando saber de otros casos para calcular cuánto tiempo tendría al perro inútil, cuánto tiempo es el que se estima para su recuperación y cuáles son los pasos que se van dando hasta que pueda caminar.
Cuando recogí a Pau tras la operación la tarde del 6 de marzo de 2015, no podía ni tenerse en pie. Reposo, reposo y reposo a pesar de que en algún sitio leí que había animales que al día siguiente ya caminaban. En mi caso no fue así.
El traumatólogo que lo operó no quiso darle antiinflamatorios, así que seguí con la medicación habitual. Las cápsulas de Vetoryl para el Cushing y los suplementos no medicinales para aliviar dolor (Inflavet), mejorar las articulaciones (Hyaloral) y ayudar a la mejora de su piel y pelo (Oleoderm).
A los dos o tres días, el perro podía tenerse en pie, pero poco más.



Con el paso de los días suponía que iría a mejor, pero no fue así. Cada vez flexionaba más las patas, se tenía menos en pie y pedía más cama. El animal estaba depresivo y dolorido. Era desesperante. Había días que el perro ni podía tenerse en pie, así que empecé a pensar que la operación (utilizando la técnica extracapsular menos invasiva de "la hamaca") había fallado y que los hilos metálicos que le habían puesto para estabilizar las rodillas se habían roto.
Una noche en que el animal ni se movía llamé al hospital veterinario alarmada para pedir cita con el traumatólogo que lo había operado, pero se había ido de vacaciones, así que 10 días después de la operación, cuando me citaron para quitarle los puntos, aproveché para pedirles antiinflamatorios, ya que el animal iba cada vez peor, el traumatólogo no aparecía y me sentía impotente.

Rehabilitación en un centro especializado

Me dieron antiinflamatorios para cinco días y el perro podía tenerse en pie, pero poco más. Fue entonces cuando decidí dejar de esperar al traumatólogo y acudir a un centro de rehabilitación situado a 40 minutos en coche de mi localidad de origen. Era mi última esperanza.

Rotura de ligamento cruzado

Pau se rompió el ligamento cruzado de la pata posterior izquierda el 31 de diciembre de 2014, cuando se tiró del sofá y estas son las radiografías que se le hicieron para comprobar que, efectivamente, tenía la rodilla fastidiada. También me comentaron que tenía principios de artrosis y que se le salía la rótula, pero la gravedad estaba en la rotura de ligamentos, como podéis comprobar.



En principio, decidimos llevar a cabo un tratamiento conservador, que consistió en darle antiinflamatorios, tenerlo en reposo y esperar a que mejorara con los días. Me advirtieron que probablemente se fastidiara los ligamentos de la otra pata a) porque el síndrome de Cushing debilita las articulaciones b) porque al apoyarse el perro en la pata buena es más probable que acabe dañándose.
19 días después de romperse el ligamento cruzado de la pata posterior izquierda, el 18 de enero de 2015, se rompió la derecha. Sin tirarse de ningún sitio, sin correr, sin hacer nada. Simplemente, mi padre lo sacó a pasear y sucedió. Y en ese momento perdimos cualquier esperanza de recuperación mediante tratamiento conservador.
La intervención quirúrgica se hizo imprescindible, porque el perro ya no quería caminar. Su peso corporal es mayor del que debería y la debilidad de sus patas no le permite ni mantenerse en pie. Es un momento difícil, puesto que nos planteamos incluso la posibilidad de sacrificarlo. ¿Qué calidad de vida puede tener si no se recupera teniendo en cuenta que tiene Cushing, un soplo al corazón, las dos patas inútiles, obesidad y apenas masa muscular?
Después de pensarlo mucho, decidí operar. El 6 de marzo entró en quirófano y esa misma tarde me lo pude llevar a casa.

martes, 21 de abril de 2015

Evolución de la enfermedad Cushing

Desde que detectaron a Pau la enfermedad de Cushing en enero de 2013 hasta el verano de 2014, el perro no manifestó ningún problema de salud. Llevaba más de un año comiendo pienso light de calidad para intentar adelgazar, pero era imposible (uno de los síntomas de la enfermedad es la obesidad abdominal y lo que se llama abdomen péndulo). También presentaba un hígado más grande de lo normal que, con el tiempo, me dijeron que se trataba de "hígado graso" al que no tenía que temer en un principio.
En el lomo, cerca del rabo, le habían aparecido unos comedones (puntos negros), a los que no se les dio mayor importancia, porque no se extendían a una sueperfície mayor, no le picaban y el veterinario no les dio importancia.
Sin embargo, un día, mientras paseaba con él, me dí cuenta de que orinaba sangre.
Dejé pasar unos días, porque no siempre le pasaba y, finalmente, decidí llevarlo al hospital veterinario. 

Piedras en la vesícula
Allí le detectaron piedras en la vesícula (uno de los problemas que pueden llegar a tener los perros con este síndrome) y decidimos operarle.
Fue poco después de la operación cuando empezamos a notar que el perro bebía mucho y orinaba mucho (uno de los síntomas más conocidos de la enfermedad que no había aparecido hasta ahora en Pau) pero, como era verano, lo achaqué al calor. También noté que el animal empezaba a perder pelo de forma gradual, más en el estómago (cada vez más distendido) y en los flancos.
Dejé pasar los meses sin hacerle las pruebas de cortisol y sin dar mayor importancia a estos síntomas hasta que el 31 de diciembre de 2014, saltó del sillón al suelo y se rompió el ligamento cruzado de la pata trasera izquierda.

Rotura de ligamento cruzado
En el vídeo podéis apreciar cómo andaba el perro el día que se rompió el ligamento cruzado de la pata posterior izquierda. 




viernes, 17 de abril de 2015

¿Qué es el síndrome de Cushing? ¿Cómo se detecta?

Saber qué es el síndrome de Cushing es fácil. Hay mucha información al respecto en Internet que puedes conseguir y al final de este artículo cito algunos enlaces claros, completos y muy interesantes.
En este blog me centro en el caso de Pau, mi yorkshire, el primer perro que he tenido en mi vida y al que llamo cariñosamente "El pupas", porque cuando no le pasa una cosa, le pasa otra. Todo relacionado con el Cushing.
Descubrí que mi perro tenía esta enfermedad en el mes de enero de 2013. El perro estaba estupendamente y lo llevé al veterinario para que le hiciera una limpieza dental ya que, hasta ese momento, siempre le había dado comida de tarrina y, debo admitirlo, no de muy buena calidad (Mercadona, Aldi, etc.), lo cual provoca que los perros vayan acumulando sarro que, si no se elimina, conlleva todo tipo de problemas en lo sucesivo.
En aquella época Pau tenía 6 años y, aparentemente, ningún problema. Hasta que le hicieron la correspondiente analítica previa a cualquier intervención anestésica, ya que para limpiarle los dientes lo tenían que "dormir".
Aquí dejo los resultados de las primeras pruebas que le hicieron y, como se puede comprobar, salieron varios valores alterados.

Análisis de sangre

Análisis de orina 


Análisis de cortisol




Un mes después, en febrero de 2013, volvimos a hacerle pruebas. Estos son los resultados después de estar medicado con Vetoryl 10mg./una toma diaria durante un mes



Análisis de cortisol


Después de controlarle el cortisol, Pau tomó desde febrero de 2013 la dosis indicada de Vetoryl, además de una cápsula cada dos días de un complemento vitamínico para evitar la caída del pelo y los problemas de piel tan típicos de los perros que padecen esta enfermedad, Oleoderm.

Enlaces qué es el síndrome de Cushing, sus síntomas y cómo se detecta:

http://bienestaranimal.altarriba.org/index.php?option=com_content&view=article&id=46&Itemid=53
http://psicolmascot.blogspot.com.es/2012/06/confusion-con-la-enfermedad-de-cushing.html
http://www.cookieswil.com/es/blog/salud-y-cuidados/sindrome-de-cushing-en-los-perros

Vídeo explicativo sobre la enfermedad en perros.