viernes, 11 de septiembre de 2015

Cushing, una enfermedad cara II (alimentos complementarios)

En el anterior artículo os hablaba del coste que la enfermedad de Cushing de Pau supone para mi, no sólo por las pruebas periódicas a las que he sometido al perro por los sucesos derivados de la enfermedad (rotura de ligamentos cruzados y piedras en la vejiga) y por el trilostano que debo darle para mantener a raya el cortisol.
El Cushing implica un cuidado especial del animal, que supone un pienso específico (en mi caso light por la tendencia a engordar) o unos complementos alimenticios que se supone mejoran su calidad de vida y evitan una medicación puramente dicha. Hoy os hablo de HYALORAL, INFLAVET y OLEODERM, tres productos de Pharmadiet que utilizo desde hace meses en el caso de los dos primeros y desde hace años en caso del tercero.


Cuando le detectamos Cushing hace dos años y nueve meses, Pau no presentaba ningún síntoma, pero la veterinaria me recomendó que le diera pienso light para intentar que adelgazara y Oleoderm para evitar la caída del pelo de forma preventiva.
En realidad no sé si Oleoderm funciona para la caída del pelo, porque ahora tiene poco debido a los meses en que el animal ha tenido descompensado el cortisol, pero durante casi dos años el pelo no se le cayó y, ahora que tiene menos, no se le ha caído a ronchas, como suele pasar en casos de animales que presentan ese síntoma, sino de forma uniforme.
En cuanto a Hyaloral. Empezó a tomarlo hace nueve meses, cuando se rompió los ligamentos cruzados de las patas de atrás. Se supone que regenera el cartílago hialino, lubrica las articulaciones y fortalece tendones y ligamentos. Tampoco puedo decir si funciona o no, porque no puedo abrirle la rodilla al perro y comprobarlo, y tampoco puedo compararlo con el supuesto caso de no haberlo tomado. Es una cuestión de fe.
Los comprimidos de Inflavet están indicados para la inflamación crónica y, en este caso, sí puedo comentar que le hacen efecto. Desde que se rompió los ligamentos, lo operamos, le hicimos rehabilitación y los veterinarios dejaron como perdido el caso de Pau, Inflavet nos ayuda a que el animal no tenga tanto dolor. Y debe funcionar, porque estuve tres días sin darle y el animal cada vez se movía peor. Volví a darle y da unos pasitos más que, para mi, son todo un logro.

viernes, 4 de septiembre de 2015

Cushing, una enfermedad cara I (trilostano)

Si tu perro padece la enfermedad de Cushing, prepara el bolsillo.
Empiezas por las pruebas y análisis para determinar si tiene Cushing y continuas con el tratamiento con trilostano (Vetoryl en nombre comercial para canes). Nunca acabas.
Estamos a 4 de septiembre de 2015 y llevo 2.900 euros en gastos en el animal sólo este año. Empezamos con la rotura de ligamentos de la pata izquierda, luego de la derecha, luego la operación (infructuosa), la rehabilitación (que también lo fue), los condroprotectores (Hyaloral), los antiinflamatorios (Inflavet y Oleoderm) y más trilostano, porque la enfermedad sigue su curso y los 10 mg/dia del principio (hace dos años y 9 meses) se han convertido en 50mg/dia (25 mg cada 12 horas).
Afortunadamente, he encontrado una farmacia en Valencia que tiene laboratorio y me hace las cápsulas que necesito con la cantidad adecuada y a un precio mucho más reducido, ya que Vetoryl sólo se vende en formato de 10 mg (33 euros), 30 mg (48 euros) o 60 mg (67,50 euros). En farmaciaveterinaria.com podéis comprar medicamentos con garantía de calidad y a buen precio (no es publicidad, los podéis comprar donde os dé la gana. Yo los compro allí).
Si tuviera que comprar las cápsulas de 10 mg de Vetoryl, el tratamiento mensual me costaría 165 euros. Con la fórmula magistral comprada en farmacia con receta de mi veterinario, el tratamiento me sale por 38,70 euros al mes.
Pero, amigos míos, de esa posibilidad me enteré este año, porque ningún veterinario me dijo hasta ahora que podía comprar las cápsulas en un laboratorio farmacéutico a través de la fórmula magistral, así que los últimos dos años me los he pasado comprando cajas de Vetoryl.